LA RIVALIDAD ENTRE HERMANOS
¿Podemos como padres evitarla?
¿Qué papel cumplimos en su desarrollo?

Lic. Mariela Vergara Panzeri

Este es un tema complejo y lo siguiente no pretende ser una guía completa para padres sino el intento de orientarlos en este difícil camino, haciendo todo lo posible por evitar la rivalidad y la competencia entre hermanos que acarrean consigo momentos de angustia, de vulnerabilidad, de rebeldía al tratar de ganar la atención de los padres. Espero que lo que sigue a continuación les sea de utilidad.

Durante dos años Marisa ha tocado el piano. Al principio la práctica era tediosa, y el éxito surgía pero con trabajo duro, pero ahora, la música fluye cuando la energía de Marisa se pone en las teclas. A los ocho, Marisa toca el piano como nadie toca el piano.

Julia ha recién empezado las lecciones de piano. Es la hermana menor de Marisa, y ya las notas fluyen de sus dedos con igual precisión que como fluyen de su hermana. Y algo más - una elegancia, una calidad que agregan textura a las técnicas que ambas han aprendido. Todos lo notan, especialmente Marisa.

Ahora alguien más toca el piano como ella y tiene sólo seis años. La competencia ha comenzado.

Desde un ser especial a otro ser también especial

La rivalidad fraterna, la competencia entre descendientes ha existido y es tan antigua como lo son las familias. En el comienzo del mundo, en el génesis, se ven ejemplos claros de esta rivalidad por ej: Cain y Abel.

Inevitablemente algún grado de rivalidad fraterna aparece en la infancia. Cada vez que un nuevo miembro se incorpora a la familia, las relaciones entre los miembros cambian. Dependencia, responsabilidad, mantener el orden y otras expectativas - algunas triviales, otras centrales son alteradas por el nuevo miembro.

En sus muchas y variadas formas, la rivalidad fraterna se produce por una conjunción entre sexo, edad y orden de nacimiento. Ocurre en la mayoría de las familias donde la educación y las realizaciones son prioridades. Algunos estudios han encontrado que niveles desiguales de logros no son suficientes para causar rivalidad fraterna. Existe algo más, lleva consigo el hecho que los padres enfatizan "más es lo mejor"

Los valores parentales y el favoritismo, pueden tanto manifestarse o transformarse en factores claves en el hecho que se precipite la competencia entre chicos, que es frecuentemente intensa y destructiva. A lo mejor como padres con buenas intenciones , con altas expectativas para nuestros chicos tendemos a premiar más copiosamente las realizaciones de quien lo hace mejor, y puede ser que nuestros hijos, ellos mismos empiecen a comparar, ubicándose en una carrera por nuestra atención, amor y reconocimiento.

Marisa está en tercer grado. Julia en primero y ya desafía algunos de los talentos de su hermana la música y la lectura.

"Tené cuidado, Marisa" aconseja la mamá, "o Julia estará más adelantada que tú pronto" De repente Marisa se siente vulnerable y angustiada. Enfrentada por primera vez con la posibilidad de un segundo lugar, tiene muchas opciones, alguna de las cuales todos hemos observado en nuestro hijos:

· Negar la habilidad de la hermana, o dejarla a un lado como inconsecuente " el trabajo de una niña pequeña".
· Procurar más, tratar de ganar la atención parental a través de la búsqueda del perfeccionismo en áreas nuevas e inusuales de realización.
· Rebelarse siendo la primera peor en vez de la primera mejor. Ser el objeto de preocupación, o la más testaruda o la que con menor probabilidad logre el éxito.
· Actuar con negligencia en aquellas áreas de talentos comunes. Evitar el piano y la lectura - en favor de nuevas áreas, donde la competencia no es básicamente hogareña o menos cruel. o feroz.
· Darse cuenta que la gente diferente tiene habilidades similares, y que ser "la número uno" no es un prerrequisito para ganar el afecto de los padres.

Como padres, nuestro rol es aquel de mediadores e intérpretes de las rivalidades manifiestas de nuestros hijos y los conflictos internos .resultantes. A continuación citamos a James Alvino que enumera una serie de acciones negativas y otras positivas que nosotros como padres podemos tener en cuenta para evitar las primeras y poner en práctica las segundas:

Acciones negativas

· No espere la perfección. Alvino cita a un adolescente que hablando de sus padres dijo: "Me hacen sentir inadecuado y frustrado si no estoy constantemente ejecutando lo mejor". El perfeccionismo por su misma definición, nunca es completamente alcanzable. Aprender a aceptar un esfuerzo destacado tan bien como el logro destacado - para uno mismo y para nuestros hijos- evitan la trampa psicológica de nunca ser lo suficientemente buenos. Esto suele ser destructivo para nuestra propia valía presente y futura.

· No compare. La comparación de un niño con otro es la forma más grande de mal empleo de la persuación parental, y la menos efectiva. Cuando a Julia se le recuerdan los logros de María o se realiza la comparación a la inversa, no se logra ningún cambio en sus conductas. Si tendrán lugar resentimientos (de los padres, del mismo niño o del rival) o se perderá es status familiar, ambas en detrimento de la auto-estima. En vez de comparar, se deberían incentivar objetivos separados y las comparaciones deberían ser hechas solamente en relación con los propios esfuerzos previos. Los objetivos, tanto como los niveles aceptables de esfuerzo y logro, deberían ser establecidos por los niños con la orientación de los padres, pero sin la presión parental.

· No descarte o suprima el resentimiento, el enojo. En el mundo real la competencia es frecuentemente "el nombre del juego". Algunos estudios indican que la rivalidad fraterna puede ser incluso divertida y motivante. Pero cuando las peleas, los desengaños, y los resentimientos sobrevienen, deberían ser discutidos y trabajados. Muy frecuentemente encontramos que los hermanos hablan rara vez de su rivalidad. Por lo tanto es tarea de los padres iniciar el diálogo.

Si una emoción existe ya sea positiva o negativa, fuerte u oculta, ésta tendrá seguramente un efecto en las conductas. Como padre, puede compartir con su hijo líneas de expresión para poder poner en palabras sus sentimientos.

Acciones positivas

Sea honesto y acepte a sus hijos como son. Lo cierto es que diferente gente- incluso la talentosa - tiene habilidades y talentos en diferentes áreas. Hable abiertamente acerca de esto con sus hijos de manera que ellos puedan comenzar a desarrollar apropiadamente su auto expectativa. Puede hacer esto comparando sus habilidades con las de su esposo u otro miembro de la familia. Ayude a sus hijos a hacer las mismas comparaciones entre ellos, con el objetivo de comprender, cuidar y respetarse mutuamente.

Usted también puede discutir con sus hijos sus propias áreas de debilidad - en la escuela, en los negocios, en las tareas del hogar. Aquellas habilidades que le gustaría tener y no tiene. Como padre puede hacer que la vida de sus hijos sea más "justa" si reconoce las cosas únicas que tiene cada uno de ellos, si acentúa lo especial de cada uno. Y trate de prestar igual atención a cada uno como para que se sienta bien, atendidos, amados y respetados por sus padres. Esto es muy importante, si bien el equilibrio es difícil.

· Estimule las diferentes áreas de interés. A menudo, lo chicos desarrollan intereses y objetivos que son paralelos, otras veces no tienen nada que ver. En ambos casos debemos como padres estimularlos y guiarlos para que encuentren los matices dentro de las áreas de interés.

· Use la alabanza o el elogio apropiadamente. Un error común en lo que concierne al elogio, es un error de enfoque. Elogiamos al niño en vez de a la acción. Por ejemplo: "¡Qué niña inteligente, mira el boletín!" vs. " Un boletín con 6 diez y 3 nueves muestra un real esfuerzo!". La segunda forma es la adecuada. Se debe elogiar la acción en forma primaria no elogiar la realización del niño ya que el niño puede asociar su desempeño brillante sólo con su rendimiento escolar. En consecuencia, si el boletín al mes siguiente no es tan bueno, el niño llega a la conclusión y se autojuzga como malo.

Bibliografía "Parents´ Guide to Raising a Gifted Child" James Alvino and the editors of gifted children monthly Ballantine Books New York 1992 Edición 12 "The survival guide for parents of gifted kids" Sally Yahnke Walker Free Spiriting publishing 1991 "Guiding the gifted child" James Webb, Elizabeth Meckstroth, Stephanie Tolan Ohio Psychology Press edición 12 1994

Artículo publicado en la revista "EDUCAR HOY" Año 1 Número 11 Octubre 1997

 



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