SINDROME DE BAJO RENDIMIENTO

Lic. Mariela Vergara Panzeri Marzo 1997

Este síndrome lamentablemente afecta a muchos niños en nuestro país, así como también a niños de todas partes del mundo. Por ello creo que es muy importante dar a conocer de qué se trata, cuáles son las características de estos niños, para después en otros artículos continuar el tema con el porque del síndrome y las posibles soluciones al problema.

Sylvia Rimm en su libro "Underachievement Syndrome" lo define como aquel en el cual "las verdaderas capacidades del niño son obvias tanto para el maestro como para sus padres. Pueden ser niños muy creativos o precoces en matemática o verbalmente, sin embargo a pesar de sus dotes, no les va bien en la escuela".

Es importante destacar que no hay un gen culpable del bajo rendimiento, no hay tampoco ninguna explicación biológica o neurológica que fundamente el rendimiento inadecuado de un niño capaz en la escuela. Tampoco se puede encontrar en la institución educativa una causa particular que justifique el bajo rendimiento.

El bajo rendimiento comienza con preescolares brillantes y frecuentemente muy verbales que en algún punto su rendimiento satisfactorio en la escuela cambia, esto se puede dar tanto en forma gradual como repentina.

¿Cuáles son las características de los niños con el síndrome
de bajo rendimiento?


En general tienden a ser desorganizados. Olvidan hacer sus deberes, pierden o ubican mal libros o el material utilizado para la tarea, sueñan despiertos, no escuchan, miran hacia afuera por la ventana o hablan mucho con otros chicos. Tienen hábitos de estudio nulos o pobres. Consideran que han estudiado cuando sólo han leído brevemente el material.

Algunos son lentos y perfeccionistas, pueden decir que si terminan su trabajo de cualquier modo estar mal. Otros, el extremo opuesto, completan su tarea rápidamente pero est n mucho m s preocupados por terminarla primero que por hacer un trabajo de calidad. Y su trabajo tiene tantos errores de descuido que uno se pregunta si realmente pensaron en lo que hacían.

Algunos chicos que tienen este síndrome son solitarios y se mantienen apartados de los demás. Pareciera que no quisieran tener amigos. Pueden llorar, lamentarse o pueden ser atormentados o molestados por sus compañeros. Otros pierden fácilmente sus cabales, son agresivos y pueden iniciar peleas. Si muestran algún interés en la escuela, este est generalmente relacionado con la vida social o los deportes. Ellos pueden seleccionar un tema o un maestro que les guste, pero no les gusta el colegio.

Algunos nunca leen libros mientras que otros se sumergen en la lectura. Les gusta leer especialmente en el momento en que se supone que est n haciendo los deberes o alguna tarea del hogar. La televisión o la computadora puede servir como escape y muy rara vez escuchan un llamado de sus padres cuando miran la pantalla.

Algunos niños que tienen un bajo rendimiento escolar son concretos y literales en su forma de pensamiento y aparentemente no pueden resolver problemas abstractos, mientras que otros despliegan un pensamiento creativo e inusual. Los creativos de bajo rendimiento pueden tener muchas ideas pero parecen incapaces de concretarlas, de llevarlas al campo práctico. Raramente completan lo que empezaron. Los proyectos incompletos, en consecuencia, hacen una contribución muy pequeña a su educación. Algunos creativos de bajo rendimiento se sumergen tan completamente en un proyecto elegido que no atienden a casi nada y fracasan en sus responsabilidades escolares.

Los niños de bajo rendimiento son manipulativos, unos más que otros. Pueden abiertamente intentar manipular y colocar a sus padres en contra de otros padres, a maestros en contra de sus padres, a sus padres en contra de los maestros, o amigos en contra de amigos. Y en forma encubierta pueden manipular a los padres para que hagan los deberes por ellos o a los maestros para que les den m s asistencia o tareas menos difíciles.

¿Qué dicen los niños que tienen un bajo rendimiento sobre los problemas que tienen en el colegio?

Tienen un inmumerable número de defensas. Dicen que la escuela es aburrida, irrelevante. Piensan que el teatro, los deportes, la música o la vida social son más importantes que el trabajo de la escuela.

Se excusan diciendo que no harán el trabajo escolar a menos que lo hagan perfectamente o argumentan que se los pone bajo demasiada presión al exigirles y que probablemente no deberían esperar mucho de ellos.

Estos niños no creen que realmente puedan lograr objetivos aunque trabajen duro. En consecuencia, es fundamental hacerles ver que la causa del problema es simplemente su falta de esfuerzo. Ellos además no pueden construir una firme autoconfianza ya que no han aprendido el sentido del real esfuerzo. Uno construye su autoconfianza a medida que acepta y afronta desafíos. Es precisamente desde el rendimiento actual que uno desarrolla un fuerte concepto de sí mismo. Ellos se han negado a sí mismos la oportunidad de construir su confianza desde el momento que no han experimentado la relación proceso y resultado, esfuerzo y rendimiento.

Aquellos niños que tienen un bajo rendimiento son altamente competitivos. Aspiran a ser ganadores y son pobres perdedores. Cuando creen que no pueden ganar abandonan antes de empezar o seleccionan sólo aquellas experiencias escolares donde puedan salir victoriosos. Son competitivos, son internamente chicos presionados que no han aprendido a salir adelante ante una frustración.

Aquellos chicos que aprenden a perder sin ser devastados y usan las experiencias de fracaso para crecer, obtienen un buen rendimiento tanto en la clase como en la sociedad. Aprender a competir efectivamente es central para tener un buen rendimiento en la escuela. Los chicos que tienen un bajo rendimiento a pesar de sus capacidades no han internalizado este mensaje competitivo básico. Por el contrario, manipulan a su familia y al ambiente escolar por su gran temor al fracaso. Aprenden a evitar la competición a menos que puedan ganar y en el proceso pierden importantes habilidades. Este constituye un círculo vicioso de bajo rendimiento del cual no pueden salir por s¡ solos y en el cual cada vez se sienten menos y menos capaces. A medida que el temor al fracaso aumenta, su sentido de eficacia disminuye.

El síndrome de bajo rendimiento afecta adversamente al niño y algunas veces a la familia entera. Esto continúa hasta que alguien o algo interviene para invertir el círculo, ya sea deliberadamente o espontáneamente. Dentro del patrón de personalidad de los niños de bajo rendimiento, es típico un alto potencial. Estos niños cuando se disuelve el síndrome se pueden convertir en niños que logran un muy alto rendimiento. Desafortunadamente, sólo un pequeño número logra que emerja de su estado latente el desarrollo de sus talentos.

Bibliografía * "Underachievement syndrome" Sylvia B. Rimm Apple Publishing Company October 1994 ninth edition * "The survival guide for parents of gifted kids" Sally Yahnke Walker Free spirit publishing U.S.A. * "Guiding the gifted child" James Webb, Elizabeth Meckstroth and Stephanie Tolan. Ohio Psychology press Twelfth printing, 1994

Este artículo fue publicado en la revista "EDUCAR HOY" Año 1 Número 7 Junio 1997

 



¿¡Niños gifted y creativos!? | Actividades y Servicios | Artículos de Interés |
Grupos de Autoayuda | Contáctenos | Sitios de Interés | Curriculum vitae


©Copyright 2000 – 2010  CEDALP
Todos los derechos reservados Centro para el Desarrollo del Alto Potencial.
info@cedalp.com